-¿A q te refieres?
-Entiéndeme me quiero suicidar... quizá a los cuarenta- lo invadió la adrenalina con tan solo imaginar el fin
-Y ves como salida adelantar el fin, ¿perder?
-No, desistir. Una cosa lleva a la otra, drogarme, estrellarme, ese ultimo acto que dejará claro que siempre seré joven...
Juventud, juventud, juventud... ¿Eterna? ¿Perpetua? ¿Para siempre? Algunos la cuantifican diciendo que va desde los 13 hasta los 26, algunos dicen que va desde cierta etapa de la infancia hasta que se inicia la vida laboral, algunos la endiosan, la ubican en un pedestal intocable y sagrado que da razón a sus vidas y vitalidad a sus días.
La juventud ha sido tema a tratar de escritores, cineastas, poetas, pintores, músicos, y demás, cada mente en el mundo ha tenido la osadía de, algún día, por un momento, pensar en ella, pensar en cuanto se adora y se idolatra, pero mas que eso, pensar en el día en que la juventud ya no esté... Crisis momentáneas, o depresivas o existenciales, en la mayoría de los casos, momentáneas, pero... ¿Qué pasa cuando dejan de ser preocupaciones de unos minutos, y se vuelven de cada día?, ¿Qué pasa, cuando el temor a perderla es mas fuerte que las ganas de vivir?
- No soy la persona mas independiente que existe, pero la frase “depender de...” y yo nunca nos la hemos llevado bien, amo mi vida y dejando a un lado el Egocentrismo creo que si me comparan con mucha gente, yo seria una de las personas que mas valoraría el hecho de vivir ,si fuera por mi, muchas de las cosas en este mundo no deberían acabar, eso lo he dicho siempre; Créanme cuando digo que A M O muchas cosas que para la gente son estupidas, rutinarias, o comunes, ver arreboles en el cielo, oler la madera ( procesada es mucho mejor), saborear las carnes casi quemadas de mi tía, sentir piedras debajo de mis pies, escuchar la primera canción que dedique, etc. En otras palabras quiero que sepan que no odio vivir.
Siempre supe que había algo a lo que le temía con el alma, cuando era niño pensé que era la oscuridad, luego pensé que eran las brujas, pero no. Hace unos años conocí una banda, banda que desde ese día ha sido mi favorita y nunca dejara de serlo, es curioso porque la primera canción que de ellos escuché se llama “Cuando eras joven” no hay que ser un genio para descubrir luego de unos días que los miembros de la banda tienen un temor en común, La vejez.
Yo algo había pensado ya sobre el hecho de envejecer pero nunca le había dado importancia, un día escuche una canción que decía algo como “Parezco mas viejo. Parezco mas frío” ¿Vejez? ¿Frialdad? Y luego algo como “Pero mi corazón no late, no late como solía hacerlo, y mis ojos no ven como solían ver, y mis labios no besan como solían hacerlo” Ese día una sensación diferente me toco el cuerpo, el alma y el corazón, ese día descubrí que a lo que mas temía en la vida era a envejecer, al hecho de que llegara el día en el que mis ojos necesitaran de algo o alguien para ver los arreboles, mi nariz no sintiera ya el olor de la madera, mi boca no fuera capaz de masticar la carne, mis pies no pudieran tocar las piedras pues ya no resistan mi peso, mis oídos no alcanzaran a escuchar la canción, y mi mente no lograra recordar cual era; Ese día en el que mi vida dependa de aparatos, personas y añadiduras; Ese día en el que las cosas que amo intensamente se fueran desvaneciendo y ya no quedara mas motivo por el cual luchar, mas anhelo por el cual soñar.
Mi cobardía nunca fue secreto, y tal vez por cobardía es que piense lo que pienso y haga lo que hago, si algo tengo claro en mi vida, es que no quiero que “ése día” llegue y para ello cualquier cosa haré
-Y ese básicamente es mi temor, la conversación que ya se me hizo tan frecuente, rutinaria tan vieja...- mientras de su mano caía el lápiz