lunes, 27 de septiembre de 2010

Algo para ignorar

¿Que tal si eso de las bandas sonoras en la vida son verdad? ¿Qué tal si un momento tiene por naturaleza necesaria una melodía que lo ambiente? Que quizá no sea la que hemos creído toda la vida, quizá un beso no combine con una balada, o un perfecto asesinato no lo haga con una sinfonía del XVII.

De que la vida necesite de la música para entenderse, estoy completamente seguro, pero de que las relaciones entre experiencias y canciones ya estén definidas, no, de eso no lo estoy. La vida para mi es como una danza que se baila como plazca, sin ritmo podría decirse, sin reglas y sin normas, sin ser un intento anarquista claro está; a lo que me refiero es a que la vida no tiene un manual de instrucciones que defina y especifique que hacer y en que momento.

Para algunos tal vez un beso sea tranquilo y una balada este perfecta, para otros quizá sea salvaje y necesite un par de tambores, para algunos quizá la muerte no sintonice con una canción triste sino con una que eleve la gloria y la grandeza. La música y la vida no tienen un sentido estipulado o por lo menos así lo creo yo, ambas ruedan según la fuerza de las manos que las impulsen, pero muy pocas veces llegan al objetivo que trazó la mente.

Lo que hago no es endiosar ni a la música ni a la vida, así ciertas lógicas lo argumenten, sin embargo creo con convicción que muchas de las maneras en que nuestros días ruedan dependen de naturalezas trascendentes como las de estas dos y no de decisiones y pasos que nos hayan grabado en la mente.

La música ambienta, la música complementa, la música hace parte, y es parte, pero… lograremos algún día describirle un sentido y una lógica entendible, por el momento no lo creo, pero… ¿Qué tal si?

2 comentarios:

  1. WoW! WoW! WoW!

    A veces las clases para mí suenan a canciones, entre el paquete de papitas que abro al escondido, los lapices que raspan el papel, algun par de dedos que se creen batutas.

    Una vez me puse a pensar en lo mismo que este artículo. Me dije: "Ya no escucho lo mismo que escuchaba antes. Ya no me atrae tanto el rock anarquista, ya me suena a basura ruidosa Calle 13 y sus insultos a la sociedad, ya no estoy casada con Shakira... entonces ¿que escucho? Y me encuentro con que de repente me gusta la FM o no sintonizo emisoras diferentes a las que tiene mi papá de música clásica en el carro. Resulta que ya me gusta otra cosa. Será que estoy creciendo... no sé. ¿Será que en algún momento pensé que nunca iba a cambiarme de género musical??? ¡Qué ilusa! Juré que me casaría con el rock y que a su compás me enterrarían pero no. no es así. Ya un despecho no me suena a un "Poem to a horse" de Shakira, sino más bien a un "Ojalá" de Silvio, o viceversa: de unas ganas de no hacer más que dormir y comer pizza entre notas de "La guitarra" de los autenticos decadentes, pasé a unas ganas de comprometerme y vivir la vida con seriedad, compartida con alguien, descrita perfectamente en "The One" de Shakira...

    En fin... la vida no me suena a lo mismo, porque no escucho lo mismo a medida que pasa. Siempre estoy en rotación, esperando el día en que la historia me vuelva a sonar como las canciones de la guardería...

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  2. David: me deberías pagar: hice dos visitas hoy a tu página para poder llegar a la visita #2000. Te felicito malparidito. No me gusta hacerte publicidad y subirle tantos votos a tu blog pero no puedo negar para nada que tu blog me encanta. Es una locura. De verdad que no sé si odiarte por hacerlo tan bien o darte las gracis por este que ya se volvió un espacio mío. Y lo has adornado bien. Con tus sentimientos desnudos en preguntas a la vida, con tu blancura, con tu impecable manera de plasmar los enrredos del pensamiento. Me encanta. Ojalá escribieras más seguido en el blog. Ojalá este blog no se pare cuando terminés la materia.

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